Una cita con la historia

Peñarol, ya eliminado de la competición, deberá cumplir con el calendario, intentando decorar una pésima campaña y “salvar” el honor institucional. El Carbonero, debe por lo menos lograr un punto más en las dos presentaciones restantes, para superar la actuación de 1986, la peor de la historia del club.


Por Daniel Lussich

El simple hecho de nombrar a Peñarol, aún más cuando se lo vincula a la Copa Libertadores, es sinónimo de historia, jerarquía, milagros y grandeza. Cuando además hablamos del honor de nuestra querida institución no queda lugar para otro pensamiento que no sea levantar el trofeo o caer en el intento con dignidad e hidalguía, tal como ocurrió en la pasada edición. Pero créanme, escribir estas líneas sobre la actual campaña en el máximo torneo continental, cuando restan dos fechas por jugar y el Aurinegro ya está eliminado, es complejo y a la vez sumamente doloroso.

En el fútbol se gana y se pierde. Pero también, hay formas y formas de triunfar o ser derrotado. Si bien la última imagen dejada en cancha por el equipo jugando un partidazo en Chile, genera orgullo, es imposible desprenderla de la global, la cual presenta un pobre empate como local en cuatro presentaciones, con tan solo dos goles a favor y ocho en contra, además de una goleada histórica recibida en el propio Centenario.

Hoy, ya eliminado de la posibilidad de clasificar a octavos de final, el Mirasol juega un torneo aparte pero no menos importante. Para muchos, en lo que significa un razonamiento matemáticamente lógico, ser eliminado, sea cual sea la forma, da igual, ya que el fracaso en el objetivo no cambia. Sin embargo, muchos como yo, no pensamos de la misma forma.

Hoy Peñarol tiene una cita con la historia. Por más que dentro de algunos años, muchos sólo recordaran una triste eliminación, y a la postre al ganador del certamen, otros muchos recordaremos, así como tenemos muy presente la campaña de 1986, la peor en la rica historia de nuestro club, si la del 2012 fue una digna participación en la que faltó fortuna, o un verdadero papelón histórico.

Sé bien que para Jorge Da Silva no es nada fácil la decisión de jugársela por lo mejor que tiene, poniendo en riesgo jugadores para el Campeonato Uruguayo, en donde el Manya tiene la obligación de ganar. Sin embargo, creo que hoy el Polilla deberá poner el máximo potencial disponible, e imponer a sus dirigidos la idea de jugar  lo que queda como si fueran finales.

De los dos partidos que restan en el calendario, el de esta noche sobre todo, representa un riesgo altísimo para la historia del club. Atlético Nacional, necesitado de los tres puntos como del oxigeno, saldrá con todo a ganarle a un equipo al cual aplastó como visitante.

Los once elegidos para defender la casaca Oro y Carbón, deben tener en claro que este no es un partido más, sino que son los responsables de cuidar y representar el enorme valor internacional que posee Peñarol. Todo el legado que durante más de 120 años, grandes maestros del fútbol pusieron sobre la mesa, es su obligación defenderlo. Esperemos que estén a la altura y que luego de finalizado el encuentro ante Godoy Cruz, podamos escribir que cumplieron.


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