Fabián Estoyanoff | “Quiero volver a salir campeón con Peñarol”

Un “lolo” autentico, sincero y con la enorme simpatía de siempre, nos atendió en Los Aromos para conocer más sobre su vida y para contarnos como lleva la pretemporada el elenco “aurinegro”. El delantero, que tuvo ofertas para marcharse al exterior, confesó que se quedó porque siente la necesidad de ser campeón con el club de sus amores, habló del cierre de la pasada temporada y de cómo se encara la próxima, también de su tatuaje de Peñarol y del lazo de sangre “carbonera” que lo une con su difunto abuelo.


- Fabián,  ¿cómo se encara una nueva temporada cuando la herida de la última todavía está abierta?

Es un nuevo sueño, una nueva ilusión. Estaba deseando volver a los entrenamientos, porque es obvio que cuando termina un año y no lo ganaste, enseguida querés empezar el otro. Yo creo que todos los jugadores que estamos acá y el cuerpo técnico estamos muy ilusionados con poder ganar el Apertura.

- ¿Salir a romper el bicampeonato de Nacional es un estimulo?

- Estar en Peñarol es un estimulo. Peñarol es un equipo que tiene muchísimos años, y ha pasado por etapas de repente de un par de años sin ganar, o varios años sin ganar. Pero tiene eso, de que de pronto te gana cinco campeonatos de una, como en cualquiera de los dos quinquenios, o pasa siete años fuera de la Libertadores, y al volver es finalista. Este año la ilusión que uno tiene es poder empezar ya a revertir lo que ha pasado en los dos últimos y poder campeonar.

- En esta época del año se manejan muchos nombres para las altas y bajas, y el tuyo no es la excepción. Sin embargo, te escuché decir, “me quedo un año más porque quiero ser campeón con Peñarol”. ¿Esto es así?

- Sí, tuve muchas ofertas. Aparte en lo personal creo que me fue bien, porque hice muchos goles y eso genera que te busquen. He tenido ofertas de Argentina y de Brasil. También hace muy poco una desde México, en donde estaba todo muy concreto, lo único que había que hacer era firmar. Mi ilusión es poder quedarme acá. Quiero otra oportunidad. Quiero volver a salir campeón con Peñarol, porque me ha tocado jugar en varios equipos de Europa o me ha tocado salir campeón con otros equipos, pero no hay nada más hermoso ni más lindo que salir campeón con el equipo que uno es hincha.

- Es lógico pensar que el futbolista como trabajador pierda un poco la pasión por una camiseta, optando generalmente por determinaciones basadas en lo económico. ¿En tu caso podemos decir que tomaste una decisión pensando con el corazón y no con la billetera?

- Sí, es decir, todos sabemos que no hay ni punto de comparación entre lo que uno gana acá y lo que puede ganar en el exterior. Yo he vivido muchísimas cosas y en lo personal, en los últimos años estando afuera he sufrido muchísimo.  Acá me siento acogido. Me siento querido, tanto en la calle como en Peñarol. El que conoce Los Aromos se da cuenta. Los Aromos es como una casa gigante en donde te encontrás por ejemplo con Juan, que es quien siempre está arreglando las canchas. También con la cocinera, con la limpiadora. Con cualquiera que te encuentres, te sentís como en familia. El día que no esté acá, o cada vez que me voy a jugar al exterior, esta casa se extraña mucho. Hasta estando de vacaciones uno está con la ilusión de volver a Los Aromos porque la verdad se siente bien.

- Yendo al plano futbolístico, ¿qué les pidió el “polilla” de cara a la nueva temporada?

- Cuando habló dijo que los jugadores que estaban son los que tienen contrato, y que quiere trabajar con todos los que están. No somos muchos. También hay jugadores juveniles, de los cuales él va a evaluar cuales están para quedarse en primera. Es obvio que en un periodo de pases como este, que es larguísimo, Peñarol va a traer incorporaciones y vamos a hacer un gran equipo, porque también yo creo que tenemos un gran cuerpo técnico. Lo ha demostrado en los equipos que ha estado el “polilla”. Nosotros nos damos cuenta de las cosas que pide, en las que trabaja. Este cuerpo técnico tiene bien claro en su mente como trabajar para poder llegar a ser campeones. Es muy positivo también, tenerlo al “polilla” desde el arranque. Muchos dicen que empezamos a entrenar muy temprano, pero eso es muy bueno, porque ahora vamos a hacer toda la parte dura de la pretemporada, y después tenemos una gira importante, durante la cual no podés trabajar fuerte porque tenés partidos, viajes y te pasan un montón de cosas que no son habituales. Estoy muy positivo, esperemos que este pueda ser nuestro año.

- Peñarol terminó el año jugando un buen fútbol, pero no le dio. Este año los dirigentes hablan de contratar menos jugadores, pero con otras características. Incluso alguno habló de hombres de mayor temple. ¿Sentís que les faltó hombría para ser campeones? 

- Hombres no faltaron. Yo creo que acá adentro del club, hay hombres de verdad. Peñarol es un equipo en donde si no tenés hombría no podés estar, asique creo que eso no faltó. Yo entiendo muy positivo hoy que el “polilla” haya tenido una incursión, aunque no se hayan dado los resultados. En el momento, de repente, cuando cambian el entrenador, ningún jugador se siente bien y los entrenadores tampoco. Pero creo que a él le debe haber venido bien para conocer lo que es Peñarol, conocer el ambiente, conocer todo. Ahora que ya conoce y tiene todo el tiempo necesario para trabajar, va a ser mucho más positivo porque ya todos los conocemos a él y sabemos que es un excelente entrenador.


El tatuaje

Desde hace un tiempo recorre las redes sociales una foto que muestra al “lolo” con un enorme tatuaje alusivo a Peñarol en su espalda, muy similar a parte del diseño de “la bandera más grande del mundo”.

Si bien es vox populi que el mismo es real, la tecnología de hoy en día permite a cualquier usuario con algo de experiencia en programas de diseño gráfico modificar imágenes con alto grado de realismo. Por ese motivo, decidimos consultar a Fabián acerca del tema de la siguiente manera:

- ¿Es cierto o es mentira que tenés un tatuaje enorme de Peñarol en tu espalda?

- Es verdad. Tengo el tren que está en la bandera tatuado en mi espalda. Un poco modificado porque no quería tener el mismo y nada, me gustó para hacérmelo y me lo hice en la espalda nomás.

- Ya tenías varios, ¿ninguno de Peñarol?

- Sí, tenía varios, pero uno de Peñarol. No directamente de Peñarol, pero sí de las fechas de los campeonatos. Lo tengo en el antebrazo. Tenía la ilusión de llevar ese tren y me lo hice.

- ¿Cómo surgió la idea?

- La idea fue mía, me encantan los tatuajes. Tengo una réplica de la bandera gigante hecha en chico, de tres metros por uno. La tengo colgada en la barbacoa de casa. Cuando recién vi el tren de cerca, se lo llevé a un tatuador. Se lo hice hacer más o menos a mi manera, a lo que yo quería, para que no sea tan igual el tren de la bandera, pero si tiene todo. Tiene los 120 años de Peñarol y muchas cosas. Está bueno.   

El tatuaje mencionado en la entrevista


El abuelo del alma

Antes de que Estoyanoff brillara en Peñarol, cuando todavía lo hacía en Fénix, el agradecimiento para el ser que no estaba presente físicamente, se veía reflejado en cada nota que le hacían. Con el correr del tiempo y su llegada al “decano”, el “lolo” no dejó de mostrar, no sólo el cariño por su amado abuelo, sino también el lazo que los unía a través del club de sus amores.

Más de una década después de ese momento, el sentimiento continúa más vivo que nunca y el jugador se estremece cada vez que le tocan el tema:

- ¿Qué significa tu abuelo para vos?

- Me lo decís y me erizo. Para mí es y lo fue todo. ¿Cómo te lo puedo explicar? Mis viejos siempre me dieron todo y siempre me apoyaron en el fútbol, pero la relación con mi abuelo fue especial. Al mediodía comíamos siempre los sábados o domingos. Él me agarraba, me llevaba al estadio, pero ya desde bien chiquito. Somos una familia muy futbolera. Íbamos con mis primos y mi tío también. Éramos como ocho que íbamos en el Ford Falcon de mi abuelo. Para mí, mi abuelo es lo máximo. Sé que desde algún lado me está mirando. Cuando él falleció, fue tan grande el golpe que yo quería dejar de jugar. Estaba en la cuarta de Fénix y quise dejar el fútbol. Todos me convencieron de que la ilusión de él era poder llegar a verme jugar en primera división, y en muy poco tiempo, al año y medio de que él fallece, juego un año en primera de Fénix, que conseguimos el ascenso y después vino la alegría de la Liguilla, y después me tocó venir a Peñarol, algo que fue increíble. Fue como una alegría con doble sentido, porque fue un sueño para mí, y un sueño para él, pero me quedó la amargura de que no me pudiera ver, aunque de otra manera sé que siempre lo está haciendo y me protege. Está conmigo siempre.

- En momentos como el campeonato logrado en el 2003, o cuando llegaste a la final de la Libertadores, ¿lo sentías cerca?

- Siempre. Te juro que me erizo todo cuando me tocas este tema. En el momento aquel, en 2003, fue muy especial. Era todo muy reciente, yo había llegado recién al club, y lograr un campeonato, cuando hacía tres años que no se conseguía, me movió. Recuerdo que enseguida que terminó el partido final, me vinieron a hacer una entrevista y no la pude hacer porque estaba ahogado, emocionado. Es algo inexplicable. Todo lo que viví en esa copa Libertadores también se lo dediqué a él. Sé que siempre está poniendo la mano y ayudándome.

- ¿Peñarol significa un nexo con tu abuelo?

- Sí, pero no sólo Peñarol. Muchas cosas me unen. Yo voy todos los días a la casa de mi abuela en Paso de la Arena, donde él vivía, y lo sentimos ahí. Lo siento presente. El amor que te dan los abuelos es impresionante. El abuelo te malcría. Lo que tu madre o tu padre te dicen que no, ellos te lo dan a escondidas. Mi abuelo también era una persona súper querida por toda la gente del barrio. Él daba todo, asique para mí era lo máximo.

Estoyanoff junto a su abuelo a mediados de los 90´s


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