Luto | Falleció Ladislao Mazurkiewicz

En la madrugada de hoy falleció el ex arquero de Peñarol y la selección uruguaya, Ladislao Mazurkiewicz. Tras haber sido internado por problemas respiratorios hace una semana, su cuadro había ido empeorando hasta que hoy dejó de existir. Campeón de la Libertadores y la Intercontinental con Peñarol, cuarto en el Mundial del 70 con Uruguay, Mazurkiewicz fue considerado por muchos como uno de los mejores de la historia.
 

El fútbol mundial está de luto. Sobre las 4:00 horas de hoy, dejó de existir físicamente Ladislao Mazurkiewicz, una de las máximas glorias deportivas de nuestro país.
 
Una semana atrás, Mazurkiewicz había sido internado en la Asociación Española debido a problemas respiratorios. Con el correr de los días su condición se había ido complicando, al punto de que sus riñones dejaron de funcionar y “chiquito” había entrado en un coma irreversible.
 
Lamentablemente, esta madrugada el también ex arquero y amigo Fernando Álvez, informaba en su cuenta en Twitter del fallecimiento de quien a partir de hoy se transformó en leyenda.
 
Mazurkiewicz está siendo velado en la Sala 1 de la empresa fúnebre Road Hermanos, ubicada en la calle Isla de Flores 1418. El último adiós será a las 16:00 horas en el cementerio Parque del Recuerdo, sito en el kilometro 25 de la ruta Interbalnearia.
 

Nacido para ganar
 
Mazurkiewicz nació en Piriápolis el 14 de febrero de 1945. Con tan sólo 18 años debutó en Racing en 1963, permaneciendo en el equipo de Sayago hasta 1965. Sus buenas actuaciones en el arco del equipo cervecero derivaron en su convocatoria a la Selección Sub-20, con la cual ganó el Sudamericano de Colombia en el 64, y un año más tarde en el pase a Peñarol.
 
En el libro “Historia de Peñarol”, de Luciano Álvarez, el propio “mazurka” recordó su llegada a los “carboneros”: “Yo estaba en la casa de mi novia cuando aparecieron unos fotógrafos con la camiseta de Peñarol, a anunciarme que se había concretado el pase. No sabía nada, me tomó por sorpresa. Me sacaron fotos con la camiseta “aurinegra” por todos lados. Después me llamaron los dirigentes, fui a la sede y arreglé. Mi mayor aspiración era integrar el plantel de Peñarol. El viejo tuvo que firmar toda la documentación porque yo era menor. Le produjo una gran alegría, porque el también soñaba con verme en Peñarol”.
 
En un plantel de grandes nombres inamovibles, parecía que el destino de Mazurkiewicz sería el de tercer arquero, por detrás del múltiple campeón Luís Maidana y de Eduardo García, de quien había sido suplente en la Sub-20. Sin embargo las semifinales de la Libertadores del 65 le depararían un antes y un después. Peñarol, que había caído en Brasil y ganado en Montevideo frente al Santos, se jugaba el pasaje a la final en un tercer partido definitorio a disputarse en Buenos Aires.
 
En las horas previas al encuentro, un acto disciplinario de Maidana hizo que Roque Máspoli lo excluyera del equipo, por lo que entre García y Mazurkiewicz estaría el guardameta. Finalmente, don Roque se decidió por “chiquito” en una decisión cuestionada por los dirigentes del momento. El propio protagonista lo recordó así en el ya citado libro de Álvarez: “Estando ya en el Estadio no sabíamos cuál de los dos iba a entrar jugando. Pero finalmente Máspoli se la jugó por mí, pese a algunas presiones de los dirigentes. No fue una decisión fácil, ya que podía “quemarme”. Ese partido pasaba a ser, entonces,  el principio o el apresurado fin de mi carrera. Yo estaba muy confiado, porque en aquel equipo había hombres de mucha experiencia. No me aconsejaron nada. Ni me dieron aliento, ni me pidieron que no me ponga nervioso. Lo único que me dijeron fue: atajá como atajaste en Racing contra nosotros”.
 
Lo cierto, es que la actuación de Mazurkiewicz aquella noche fue deslumbrante. Peñarol le ganó 2 a 1 al Santos de Pelé y se metió por cuarta vez en la final de América. “Chiquito” había entrado por la puerta grande.
 
Desde ese momento y hasta 1970 el arco del “carbonero” fue suyo. En el medio ganó dos Uruguayos, en 1967 y 1968, una Libertadores y una Intercontinental en 1966, así como la Supercopa de Campeones Intercontinentales en 1969.
 
Lógicamente que la fama conseguida en Peñarol le llevó a convertirse en el indiscutido arquero del seleccionado mayor. Disputó el Mundial de Inglaterra en 1966, en donde Uruguay se arrimó hasta los cuartos de final, y tuvo una actuación consagratoria en el de México, en 1970, cuando la Selección se ubicó en la cuarta posición. En el medio, ganó el Sudamericano de 1967, disputado en nuestro país. También participó de la Copa del Mundo de Alemania, en 1974, en la cual los "charrúas" no pasaron la Primera Fase.
 
En 1971 emigró a Brasil para defender al Atlético Mineiro hasta 1974, logrando el Campeonato Brasileño en el año de su llegada. Entre 1974 y 1978 jugó por el Granada de España, en 1979 tuvo un pasaje por el Cobreloa chileno, mientras que en 1980 pasó por el América de Cali colombiano, antes de cerrar su carrera en su amado Peñarol. En su regreso al “decano”, el equipo consiguió el título de campeón y Mazurkiewicz fue profesor y espejo para los jóvenes que asomaban. Fernando Álvez, su discípulo y enorme promesa por aquel entonces, lo acompañó hasta su lecho de muerte.
 
Cabe destacar también que Mazurkiewicz ostenta aún el record de imbatibilidad del fútbol uruguayo, con 987 minutos sin recibir un gol.
 
Lev Yashin, el arquero ruso considerado como el mejor de todos los tiempos, fue suplantado por Mazurkiewicz en su partido de despedida, antes de comenzar el segundo tiempo. “La araña negra”, como lo apodaban, le entregó los guantes a Mazurkiewicz en señal de traspaso del cetro al mejor golero del mundo.
 
Con la despedida de Mazurkiewicz muere el ídolo, pero nace la leyenda.
 
¡Que en paz descanses campeón!
 

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Foto: www.peñarol.org
 

Comentarios

  1. Fuiste el mejor que vi en mi vida en tu puesto. Te recordaré por siempre, al igual que todo Peñarol. Fuiste muy grande, gracias por tanta gloria! Hasta siempre!

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