Peñarol lleva perdidos 34 puntos por los violentos

La triste historia comenzó con el asesinato de un hincha de Nacional en 1994 y tras otra muerte e innumerables incidentes nada parece haberse solucionado. ¿Sirve esta pena? Repasá el análisis y el detalle histórico de cada unidad que dejó el Carbonero.



Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y vaya si lo hará. La relación entre Peñarol y los incidentes violentos se repite una y otra vez desde principios de los años 90 y confirma esta versión. 

No hay pena que valga. Nada cambia. Ni la multa económica, ni la quita de puntos, ni mucho menos los cierres de cancha. Incluso, si se analiza pormenorizadamente la frecuencia de los incidentes y el incremento en la violencia de los mismos es evidente que todo ha empeorado.

Hoy el Mirasol se ve nuevamente condenado a perder puntos, en esta oportunidad en forma retroactiva lo que para su favor no tendrá consecuencias deportivas, pero muchas otras veces la quita de unidades fue influencia directa para perder torneos o directamente comenzarlos sin chance alguna. 

Atacada en reiteradas oportunidades la consecuencia de lo que se pretende cambiar no hubo efecto alguno hasta el momento y es entonces que surge la pregunta lógica que se haría hasta un niño de escuela; ¿sirve la quita de puntos?

Claramente no. Nace entonces otra interrogante; ¿se ha atacado la causa del problema? Podría decirse que sí, pero notoriamente en forma errada. 

Pulmones, controles de alcoholemia, cientos de policías, cámaras por todas partes. Todo eso y mucho más con el único resultado de gastar dinero y complicar al “buen hincha”, pues los violentos siguen en sus lugares y cada vez son más.

Recientemente el  consejero Edgar Welker asumió la incapacidad de los dirigentes para solucionar el tema, no por falta de voluntad sino por falta de idoneidad sobre el mismo.

¿Recae entonces la responsabilidad del tema sobre el gobierno? En parte sí. Si bien el fútbol se trata de un espectáculo organizado por privados es claramente la exposición cultural más importante de nuestro país desde donde se la mire. En lo económico y en lo social, el fútbol es mucho más que 22 hombres corriendo detrás de una pelota. 

Hoy el deporte es una parte más de un mercado que alimenta gran cantidad de productos y servicios y que además nutre gran parte de los medios de comunicación que son pieza fundamental de cualquier teoría de control social.

Entonces, si realmente se pretende un cambio, y sin olvidarnos de que la problemática del aumento de la violencia engloba un contexto amplio en nuestros días, es hora de que el estado se ponga firme y tome las medidas del caso.

Tal como ocurrió en otros países, la clave podría ser un cambio a nivel jurídico, para a través de la responsabilidad penal generar obligaciones fuertes que exijan a los encargados de los clubes y las asociaciones. 

Es claro que no es la única y que podrían surgir otras soluciones alternativas incluso de mejor efecto. El problema radica ya no en la violencia en sí, sino en la voluntad de las partes para terminarla. 

Lo cierto, es que a los violentos no les preocupa que a Peñarol le saquen puntos ni que le cierren la cancha. Ellos estarán ahí cuando haya que estar, amparados en la complicidad silenciosa del entorno.  

Con el nuevo descuento tras los incidentes en el clásico semifinal ahora Peñarol suma 34 puntos perdidos por incidentes desde que fue castigado por primera vez en 1994. A continuación detallamos cada sanción:

Apertura 94 (-4 puntos)

Previo al clásico que Peñarol ganó por 2 a 1 fue asesinado el hincha de Nacional, Diego Posadas, en un enfrentamiento a pocos metros del Estadio Centenario. La pena también cayó sobre el Tricolor y el Manya perdió el título con Defensor. De lo contrario hubiera ganado los dos torneos  cortos del año.

Apertura 95 (-2 puntos)

La pena por el asesinato de Posadas el año anterior también repercutió en el Apertura de 1995 en donde Peñarol también vio el descuento de unidades que derivaron en una final con Liverpool por el primer lugar (Victoria por 2 a 0).

Clausura 97 (-3 puntos)

Por la primera fecha del torneo el partido ante Rampla Juniors en Las Acacias fue suspendido a causa de la pedrea que caía sobre el arco Pica Piedra (Iban 0 a 0 en 55’). El tribunal de penas le otorgó el triunfo a la visita y esto fue determinante para que Defensor Sporting se coronara campeón, un punto por encima de  Peñarol.

Clausura 02 (-3 puntos)

Por la anteúltima fecha del Clausura 2001 la parcialidad de Peñarol obligó a suspender el encuentro que a los 89’ perdía 2 a 1 con Danubio en Jardines del Hipódromo por la rotura de un alambrado. La pena en este caso fue de tres unidades quitadas en el torneo siguiente en el que el Decano fue segundo, dos puntos por debajo de Danubio.

Uruguayo 05 (-3 puntos)

Por el Campeonato Especial que acomodó el calendario  tal cual lo tenemos hoy, la hinchada de Peñarol invadió el campo de juego del Estadio Luis Franzini en partido ante Miramar y robó la indumentaria de los jugadores. Además, el árbitro Sergio Komjetán fue golpeado en la cabeza con un encendedor por lo que suspendió el encuentro a los 78’ cuando era empate 1 a 1. El Tribunal decidió otorgarle los tres puntos el conjunto Cebrita.

Apertura 05 (-3 puntos)

Tras una trifulca entre parciales de Peñarol y la policía en el Estadio Belvedere, fue suspendido el cotejo de la tercera fecha ante Miramar con el resultado de la victoria en los escritorios para el Fusionado. En la cancha, iba ganando el Carbonero por 2 a 1 a 12’ del final.

Clausura 06 (-12 puntos)

En uno de los hechos más lamentables de la triste historia violenta del deporte uruguayo se produjo el brutal asesinato del hincha de Cerro, Hector Da Cunha, a manos de un grupo de delincuentes identificados con Peñarol. El hecho ocurrió en las afueras del Centenario tras la disputa de un partido ante el Villero y derivó en una sanción de 12 puntos que sacó de toda pelea por el título al equipo y que además lo desclasificó de la Liguilla.

Apertura 08 (-3 puntos)

En partido ante Danubio en Maroñas hubo que suspender el espectáculo cuando ganaba el local por 3 a 1 a los 62’ y una piedra lanzada desde afuera del escenario impactó en el línea Mauricio Espinosa. Se le dio el partido ganado a la Franja y se castigó el Aurinegro con tres  puntos.

Clausura 15 (-1 punto)

En los minutos finales del alargue por el clásico semifinal del Uruguayo, parciales de Peñarol se trenzaron en un grave enfrentamiento con la policía que duró por varios minutos y que concluyó con el saldo de la suspensión del encuentro. La pena en este caso fue retroactiva y no afectó aspectos deprotivos. 


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Foto: La República

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