Albín: “Todo jugador sabe en la situación en que está y lo que puede suceder”

El capitán olímpico de la Celeste en 2012 se encuentra sin equipo y entrena solo a la espera de una oportunidad.  “Como se había dado el campeonato yo sabía que lo que venía después era no seguir”, explicó el polifuncional.


La historia de Emiliano Albín con Peñarol es un tanto particular. Con formación como delantero, llegó al club en 2007 desde su sauce natal para jugar en Tercera División.

Tras dos años de buenos rendimientos como lateral derecho en 2009 fue ascendido a Primera y ya en esa temporada apareció sobre el final como el gran “comodín” de Diego Aguirre para alcanzar el título de campeón luego de siete temporadas sin éxito para el Carbonero.

Sin embargo, para este estudiante de agronomía no fue nada sencillo ganarse un lugar en el equipo y con Manolo Keosseian como entrenador fue un suplente de lujo.

En 2011 nuevamente con la Fiera conduciendo al Aurinegro el nombre de Albín cobró fuerza en el mismo rol que antes, siendo la principal pieza de recambio en diversos puestos de la defensa y el mediocampo. 

Luego de alcanzar el vicecampeonato en la Libertadores, en donde es muy recordado por suplantar al lesionado Alejandro González en la segunda final, Albín volvió a tener altibajos y fue de poca consideración para los entrenadores que siguieron.

El inesperado y sorpresivo pase a Boca Juniors de Argentina lo puso en la mira de Oscar Tabárez quien le confió el capitaneo de la selección en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en donde la Celeste no pasó la primera fase. Sin embargo, será recordado junto a José Nasazzi como los únicos que llevaron el brazalete uruguayo en dicho certamen. 

A su vuelta en el Mirasol, en 2013, de la mano de Diego Alonso tampoco logró tener regularidad y ni Jorge Gonçalves ni Jorge Fossati lo tuvieron en cuenta como una prioridad en sus equipos.

Más acá en el tiempo con la llegada de Pablo Bengoechea a la dirección técnica del Manya las oportunidades no abundaron y  tampoco los buenos minutos de un jugador con una notoria falta de rodaje.

“No hay otra lectura más que el entrenador tenía primero otras opciones y así las utilizó. Tuve la oportunidad de jugar cuatro partidos, el resultado no acompañó y él buscó otras variantes”, explicó Albín en Sport 890.

“No lo dramatizo tanto sino que es parte del fútbol. Los jugadores estamos acostumbrados a que esto suceda”, agregó luego.

“El último partido que jugué fue en el Campus cuando empatamos con Atenas. Salí en el segundo tiempo por la expulsión de un compañero, entró Nahitan (Nández) y se empató el partido”, recordó como detalle.

En cuanto a su salida del club fue muy claro: “Todo jugador sabe en la situación en que está y lo que puede suceder. Sabés cuando vas a jugar. Lo podés sentir y darte cuenta de la situación. También cuando no vas a jugar. Como se había dado el campeonato yo sabía que lo que venía después era no seguir”.

“Todavía no sé dónde voy a jugar. Hay una posibilidad de Argentina pero estoy esperando a ver si surge alguna otra cosa. Estoy entrenando para mantenerme bien y aprovechar la oportunidad que venga”, indicó en torno a su futuro próximo.

De todas formas, “del medio local no me llamó ningún equipo. No descarto nada y no me molestaría jugar en Uruguay”, aunque aclaró que “lo que más me seduce es salir de Uruguay. Es difícil salir de Peñarol por lo que significa para mí como jugador y como persona, que me he criado ahí, y jugar en otro equipo del medio”.

Actualmente, “estoy entrenando con Alejandro González que está acá desde hace varios días. Está bueno hacerlo con amigos para levantar un poco el ánimo”.

Finalmente opinó sobre la salida del club de un referente y amigo, Antonio Pacheco: “Me crie con él y con Darío (Rodríguez). Me marcaron una forma de vivir el fútbol y de ser jugador de Peñarol. Es duro. Quisiera verlo jugar por lo que es como capitán y como persona, pero son cosas del fútbol. Esperemos ver cómo se resuelve esto que debe tener al Tony dentro del fútbol. Debe ser así”.

“Estamos en contacto para ver cómo va a seguir cada uno. Se generó un vínculo importante”, concluyó Albín.


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