El adiós al diez; homenaje a Diego Forlán

Diego Forlán se dio el gusto de ser campeón en Peñarol. Nosotros tuvimos el placer de disfrutarlo. Este es nuestro reconocimiento para un Clase A de talla mundial a través de las imágenes más destacadas de su paso por el Carbonero.


Por Daniel Lussich

“Yo no jugué en Peñarol, yo salí campeón en Peñarol”. Con esa frase contundente Diego Forlan cerraba su capítulo en Peñarol y le enviaba un mensaje directo a quienes durante un año cuestionaron su rendimiento en forma sistemática. 

Durante ese lapso, el mejor jugador del Mundial de Sudáfrica 2010 fue campeón del Torneo Apertura, estuvo muy cerca de conseguir el Clausura y fue campeón uruguayo, algo que en el siglo XXI apenas se ha dado cuatro veces para el Carbonero.

También, es verdad, con Cachavacha como principal figura el Aurinegro no superó una accesible fase de grupos en la Copa Libertadores y si bien fue uno de los mejores jugadores del Apertura con varios goles estupendos y pinceladas magistrales, su actuación no fue tan desnivelante como muchos esperaban, o como él mismo esperaba según anunció en su emotiva conferencia de despedida. 

Pero más allá de estadísticas, gustos y análisis subjetivos, Diego Forlán se dio el gusto de jugar en el equipo que ama, ese equipo con el que lo une una tradición familiar inseparable. En épocas en las que muchos futbolistas consolidados como estrellas globales del deporte evitan identificarse con una camiseta, Forlán fue más allá de las declaraciones y se la jugó por el Mirasol.

Quizá para algunos esto no signifique nada y los rendimientos o los resultados sean el único ítem mensurable en un gigante como lo es Peñarol, y por supuesto que está permitido.

Sin embargo, para algunos el simple hecho de ver a Forlán luciendo la camiseta de Peñarol nos infla el pecho de orgullo y nos invita a soñar con el glorioso Peñarol de épocas pasadas, la mayor parte de ellas no vividas por quienes apenas rozamos los 30 años de edad. 

Por eso, simplemente por eso, decidimos realizarle este humilde homenaje con algunas de las más destacadas imágenes que dejó a su paso por el Decano y que nuestro compañero Juan Razquin retrató para siempre. 

¡Gracias Diego!




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