[OPINIÓN] Urruti no debe seguir en Peñarol

La lógica indica que al menos por este semestre el volante tendría que cambiar de camiseta en busca de continuidad. Forzarlo a quedarse sería un error y un innecesario choque de la directiva con un entrenador que hasta ahora demostró creer con firmeza en sus convicciones.  



Si en el mejor momento de su carrera profesional su jefe decide que no lo tendrá en cuenta para labores importantes, ¿usted conservaría su trabajo? Seguramente la respuesta sea que no y saldría a buscar mejores opciones en donde demostrar su potencial. 

Eso es exactamente lo que pasa en Peñarol con Luis Urruti, a quien tras seis meses en el club en los que por lesiones y bajo rendimiento no logró plasmar lo que prometía a su llegada, el entrenador Leonardo Ramos decidió prescindir de sus servicios para que busque la recuperación en un equipo que le pueda dar mejores oportunidades.

Más allá de que la determinación tomó por sorpresa al jugador, según él mismo declaró, además de haber manifestado su molestia ya que anteriormente había contado con una oferta interesante de México pero prefirió seguir en el Carbonero, lo cierto es que con o sin conocimiento de ésto último Ramos aprovechó todas sus oportunidades para probar al futbolista y finalmente decidir lo que le pareció más correcto.

Repasados los detalles de esta historia la lógica indicaría que, al menos en este momento, Urruti debería tomar otro camino para intentar volver a contar el nivel que lo hizo saltar a la fama en Cerro para luego retornar a la institución con la que aún tiene dos años y medio más de contrato.

Sin embargo, en las últimas horas sucedió un hecho que podría alterar innecesariamente la relación de Ramos con algunos estamentos del club, más aún cuando su historia apenas comienza a edificarse. 

Resulta ser que el martes en ocasión de una sesión ordinaria del Consejo Directivo del Mirasol, el tema de Urruti fue puesto sobre la mesa. Según contó a Carbonero Digital una fuente presente en la reunión, hubo consenso para solicitarle al entrenador la continuidad del jugador en el Manya con el argumento de que es un patrimonio por el que se pagó un alto valor y lo más conveniente era recuperarlo.

Pero a pesar del acuerdo sobre la idea, no hubo una definición concreta y tampoco sucedió lo razonable: Plantearle a Ramos la posibilidad de mantener a Urruti en Peñarol disputando algunos partidos en Tercera División y luego en Primera.

Lo peor de todo es que en una falta de comunicación interna total, algo que ocurre frecuentemente en el Decano, la idea del Consejo se filtró a través de la prensa para posteriormente ser confirmada por Sergio Perrone en la radio Sport 890.

Este mediodía, a su llegada a Montevideo tras disputar un amistoso en Brasil, el técnico del Manya anunció que se mantiene en la decisión de no contar con el mediocampista, aunque como buen empleado del club prefirió no dar más detalles hasta hablar con las autoridades. 

Ahora, por más que Juan Pedro Damiani se ponga firme y dicte la continuidad del jugador en el plantel, ¿Ramos lo utilizará? Muy factiblemente no. Si algo demostró el nuevo técnico de Peñarol es ser un hombre de convicciones y forzar una situación podría, repetimos, no sólo deteriorar la relación con la dirigencia y en forma indirecta con el área deportiva, sino también perjudicar al jugador en cuestión.

En definitiva, no cabe la menor duda de que Urruti es un gran talento y por algo llegó a Peñarol. Vistas las cartas de cada parte, lo mejor sería que salga a préstamo para reencontrar su nivel y que el club ordene sus problemas en forma interna ya que si hay algo que en este momento no necesita, es sacarlos a relucir. Los trapitos sucios se lavan en casa.

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