Justa y necesaria

Con un gran gol colectivo en el segundo tiempo y un buen funcionamiento por momentos, Peñarol logró la primera victoria en el Torneo Clausura. ¿La victima? Danubio en su casa. ¿El resultado? 1-0 con gol de Matías Britos, que coronó un gran partido.


Por Alejandro Rojas


Era todo o nada. Cara o cruz. Matar o morir. Así se tenía que jugar desde el primer minuto para este Peñarol de Mauricio Larriera, que hasta empezar el juego, no sabía lo que era ganar en el campeonato. El juego tuvo a un Carbonero apretando arriba y teniendo mucho control del balón, sobre todo con el pie de Walter Gargano y el tándem que mas generó en los 90’ (Torres/Piquerez). El Aurinegro tuvo sus chances. Facundo Torres disparó pero Ichazo se lo negó, posteriormente, llega el primer error de la cuarteta arbitral que tuvo una tarde gris como el cielo que cubría el estadio Danubiano. Medio metro habilitado estaba Giovanni González, pero de manera desacertada, Agustín Berisso levantó el banderín. Era gol y 1-0 para el Manya.


Para el segundo tiempo, el Mirasol no tenía el mejor funcionamiento y Larriera decidió cambiar. Agustín Álvarez Wallace y Jonathan Urretaviscaya ingresaron para darle aire a un equipo que seguía teniendo la pelota, pero que no encontraba el gol. Torres seguía teniendo una destacada actuación, pero sin un socio que pueda habilitarlo. Pasaron 62 minutos y llegó la única emoción de la tarde; el Facu con un pase de “10” para Piquerez, el lateral realizó un centro preciso y Matías Britos tuvo que empujarla a la red y gritar el 1-0 final.


Peñarol, por momentos jugó bien, tuvo a Torres encendido, Piquerez picante por izquierda y un Britos que nunca se cansó de pelear toda pelota que le tiraron. Así, el Decano se estabiliza en el torneo y prepara el partido más importante del certamen. Se viene el clásico, el próximo miércoles, 18:30 horas y hay que ganarlo, como marca la historia.


La figura: Facundo Torres, no lo pudieron parar, insoportable para los defensas. Le faltó el gol para coronar.


Lo más flojo: La marca de Giovanni González con distracciones en varias ocasiones. El ingreso de Urretaviscaya, perdido, con varias pelotas mal entregadas y poca confianza.


Lo peor: La actuación del cuarteto arbitral. Fedorczuk no cobró un penal para Peñarol y uno para Danubio. Por su parte, para no ser menos, el línea Agustín Berisso anuló mal un gol de Gio Gonzalez, donde estaba medio metro habilitado. 


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